Muy a menudo tenemos la creencia de que tener más de lo que estamos queriendo es alcanzar el éxito; es bueno, pero en realidad no necesariamente es así.   Cuando podemos apreciar lo que realmente tenemos ahora y le damos el valor que tiene dando gracias por ello, nos convertimos en unos seres abiertos a recibir más de lo que Dios tiene para nosotros.  Esto nos hace vibrar en una sintonía en la que realmente podemos mejorar nuestras relaciones, evolucionar hacia el servir y amar a los demás.

Todo esto es parte de la abundancia o, en otras palabras, ¿cómo se puede avanzar hacia la paz, la abundancia, la felicidad, el desarrollo personal y a cualquier meta que queramos llegar si no estamos sintonizados y agradecidos por lo que tenemos ahora?

Quiero que entiendas la noción de que lo que tienes, haces y eres ahora, es perfecto y  suficiente.  Puedes desear más y te animo a que así lo hagas.  Sin embargo, poco nos detenemos a ver dónde estamos y agradecer por eso.  Déjame mostrarte cómo puedes “educar a tus deseos“, para profundizar y ampliar las razones que tienes para recibirlos.  Pasar por este proceso te permite aportar claridad a tus oraciones y declaraciones (espero que puedas comunicarte con tu fuente creadora, y si no es así, te podremos ayudar en Ubloom).

Primero debes desear lo que quieras alcanzar.  Luego, debes sintonizarte para lograrlo.  La única forma de hacerlo es permitir que llegue a ti la inspiración sobre lo que debes hacer para que esto se manifieste.  Y por último, debes prepararte para recibir y tomar acción inspirada en tu vida.   Así tú estarás más alineado con la verdad de tu deseo.   En cada etapa es importante agradecer lo que ya es tuyo y quieres tener.

El consejo final que deseo darte es que cuando quieras algo, tienes que preguntarte el por qué, “¿cuál es el propósito detrás de esto para tu vida?”.

Cuando te haces esta pregunta, a ti mismo, y te vuelves consciente de ello, estás en capacidad de descubrir que puedes hacer con menos recursos cosas complejas y grandes.  La abundancia llega a ti cuando eres capaz de ver el propósito que hay en todo lo que haces y cómo esto nutre tu vida.