Los mándalas en tu vida
Los mándalas son dibujos sobre papel o tela considerados instrumentos de meditación. Desde el punto de vista del hinduismo y el budismo, los mándalas son representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y el microcosmos ya que representan la evolución del universo respecto a un punto central.
La palabra mándala viene de la India, proviene del sánscrito y significa “círculo sagrado”. Es un símbolo de sanación, totalidad, unión, integración, el absoluto.
Si estás pensando en una actividad que te brinde calma y te ayude a recuperar tu tranquilidad, pintando un mándala lo puedes conseguir. Lo puedes trabajar de dos formas: creándolo o coloreando uno que ya esté construido.
Es una actividad que te ayudará a desarrollar la paciencia, mejorar tu coordinación, expresión, memoria e intuición.
Pintar mándalas es también recomendable para niños pequeños, ya que ayuda a coordinar la vista, la mano y los colores; entonces si tienes hijos puedes pasar un rato divertido con ellos ¡pintando y creando!
También es útil para personas mayores ya que mantiene su mente activa y permite su concentración.
¿Cómo pintarlos?
El primer paso es buscar un sitio cómodo y donde puedas experimentar tranquilidad y bienestar. Puedes colocar música de fondo o dejar el ambiente en silencio. Asegúrate de tener todo lo necesario a la mano, para poder concentrarte en el mándala una vez empieces el trabajo: la imagen escogida y los materiales para pintar, que pueden ser lápices, colores, témperas, acuarelas, granitos, papel, escarchas acuarelas, según como te sientas ese día y qué quieras realmente pintar.
Cuando estés lista o listo te recomendamos respirar de una forma profunda, rítmica y controlada para ayudar a alcanzar la relajación que necesitas para empezar a trabajar.
Para pintar tu mándala puedes escoger entre dos técnicas:
La primera es pintar el mándala desde afuera hacia dentro. Significa que la persona quiere “buscar su centro”, contactarse con la esencia de su subconsciente.
La segunda consiste en pintar el mándala desde adentro hacia fuera. Indica un ánimo de exteriorizar las emociones, de sacar lo que se lleva dentro.
Y con todo listo… ¡Adelante! Inicia tu pintura…. Tu intuición será tu guía y tu estado de ánimo te indicará los colores que deberás utilizar.
Es fundamental que disfrutes mientras pintas. Lo que buscas llegará solo poco a poco: la tranquilidad, la relajación, la meditación, la paz, el descanso, el sosiego y la felicidad reflejada en una sonrisa en tu rostro.
Cuando termines dedícale unos minutos a contemplar tu trabajo. Deja “que tu mándala te hable” como aseguran quienes están acostumbrados a realizar esta actividad; con esto das sentido a lo que acabas de hacer: encontrarte y pasar un rato contigo misma o contigo mismo.